#7 Después de más de una semana sin boletín (des)educativo, aprovecho para meterlo todo en este
No hay nada peor que despistarte y entonces, por desgracia, tener que hacer lo mismo pero peor. Y no estoy hablando solo de este boletín.
No había hecho recopilación de artículos publicados desde el 16 de enero. No sé cómo algunos todavía siguen suscritos a este boletín. Bueno, aquí las suscripciones son eternas. Yo estoy suscrito a cosas que no os creeríais ninguno de los que os pasáis por aquí. Bueno, los que me conocéis un poco, más allá del blog y de las redes sociales, seguro que no os extrañaría.
Pero va, vamos a ello. Que la mañana se pospone hasta que acabe de escribir un resumen, con enlaces, de toda esa morralla (des)educativa que llevo escribiendo a lo largo de medio mes. Es que ya estamos en febrero. Un buen mes. Un mes corto. El mes en el que cobraré mi octavo trienio y cuarto sexenio. Ya solo falta que me den las cátedras para las que he participado para ser un mes redondo. Sí, estoy en esto por dinero. Y mi vocación llega a finales de mes. Eso sí, ya que estoy lo intento hacer lo mejor posible. Ser lo más profesional que pueda. No creo que sea incompatible ser profesional con no ser vocacional.
Empiezo la tongada con una reflexión acerca del despropósito que supone en la profesión docente el fabricarlo todo. El tener múltiples tareas más allá de su función. La necesidad de usar su propia wifi, imprimir los materiales en su casa porque las impresoras de su centro educativo no funcionan e, incluso, comprarse esos bolígrafos que se acaban perdiendo. ¿Os imagináis que un albañil tuviera que traerse los ladrillos de casa? O que, como he puesto en el post, un cirujano tuviera que fabricar sus propios bisturís.
El cirujano que fabricaba sus bisturís
Seguí ciscándome en el tittytainment educativo. El tittytainment es “una mezcla de entretenimiento mediocre y vulgar, bazofia intelectual, propaganda y, elementos psicológica y físicamente nutritivos, que satisfarían al ser humano, lo mantendrían convenientemente sedado, perpetuamente ansioso, sumiso y servil ante los dictados de la minoría que decidiría su destino”. Seguro que a algunos os suena lo anterior. Y me gustaría aclarar que, a veces, la bazofia intelectual puede vestirse de intelectualidad cuando no es más que humo envuelto en falsas evidencias. Algo aderezado por la observación de lo que sucede en muchos centros educativos donde la democracia ha desaparecido, los cortijos están a la orden del día y, algunos pretenden imponer su control mediante determinadas estrategias de palo y zanahoria. Zanahoria para los “suyos”, palo para los que no acepten acríticamente sus decisiones cuando van en contra de la calidad de la enseñanza que debería darse a los chavales.
Los docentes, para algunos, debemos ser superhéroes de la todología. Se nos pide, desde detectar problemas psicológicos hasta que apliquemos pautas para evitar suicidios. Todo eso bañado por enseñar a ser personas (a nuestra manera o a la que nos marquen los que mandan), dar nociones de felicidad e impartir talleres de motivación a los que no les motiva nada. El pack completo. Y ni tan solo nos regalan la capa ni la ropa interior de colorines. Bueno, nos dan cursos de 20 horas impartidos por personajes que jamás han olido un aula de etapas obligatorias en su devenir profesional. O si la han olido, huyeron como posesos al ver de qué iba el asunto. Esos expertos de los que usted me habla.
No necesitamos talleres ni cursos de formación de 20 horas… ¡necesitamos psicólogos!
Sigo con las revoluciones educativas. Con esas miles de revoluciones educativas que lo iban a cambiar todo en educación. Ahora estamos liados con lo del chatGPT y la inteligencia artificial. Miles de artículos en los medios. Miles de disertaciones en las redes sociales. Va, no seamos tan (…), que la educación solo va a cambiar cuando se hagan las cosas bien. Y las cosas bien dependen de los que mandan, de cómo se diseñe el sistema, de qué recursos dispongamos y qué evaluación realicemos. Lo demás, queda muy bonito para futuras hemerotecas o esa lignum crucis que cada vez va sumando más partes.
Esas revoluciones educativas de las que usted me habla
Sigo tirándome a la piscina negando el fracaso escolar. El fracaso escolar no existe. Lo que existe es un fracaso social de partida que, con las medidas actuales, no vamos a conseguir solucionar. Y es un porcentaje que no baja en los últimos años. ¿Sabéis por qué? Pues porque a nadie le interesa. Ya les está bien tener a una parte de la sociedad fuera del sistema. O mano de obra barata que no se cuestione nada.
Ideas. Ideas y más ideas. Las ideas (educativas) no son siempre respetables. Otra cuestión es respetar a las personas que las tienen. Son dos niveles de debate diferentes aunque, por lo visto, algunos no lo entienden.
No todas las ideas educativas son respetables
La memoria es clave para detener el deterioro cognitivo. No lo digo yo. Lo dicen los diferentes estudios. En el ámbito educativo hemos pasado de la postura de memorizarlo todo a la necesidad de no memorizar nada. Y así nos va. Lo de que todo está en Google ya chirría. Pero bueno, esto es algo que curiosamente algunos defienden para los hijos de los demás. Los suyos van a colegios muy “tradicionales” y poco innovadores. Casualidades.
De la necesidad de memorizarlo todo a la necesidad de no memorizar nada
También he hablado de las aulas fantasmas. De aquellas que son mayoría y que son donde se da la mejora educativa. Si no se publica en redes, sí existe. El problema es que las redes se han convertido en el escaparate de algunos que, curiosamente, en sus centros educativos no tienen tan buenos resultados como nos venden a los que desconocemos realmente qué sucede entre sus cuatro paredes. Hay cosas que, conociendo el percal (el aula), no cuelan. La foto del alumnado sonriente y trabajador es algo que, para una foto finish queda muy bien. Si queréis todos podemos jugar a ello. Bueno, yo no. Respeto la privacidad de mi alumnado.
Si una práctica educativa no se publica en las redes, ¿no existe?
¿Os imagináis que alguien os dijera cómo cocinar migas sin haber cocinado nunca migas? ¿Os imagináis que alguien os hablara de realizar análisis químicos sin haber realizado nunca un análisis químico? Pues de esos estamos muy bien surtidos en el ámbito educativo. El problema es que a dar clase se aprende dando clase. Y es una pena que no pueda aprenderse de otra manera pero, como bien sabéis, lo del máster de Secundaria y la carrera de Magisterio, con sus rara avis excepcionales, es lo que es. Gente que no ha dado jamás clase en ciertos lugares que prepara a futuros docentes.
A dar clase se aprende dando clase
Se está haciendo largo el boletín de hoy. Un respiro… ¡sigo!
También he escrito unas líneas para reflexionar acerca de qué estamos haciendo en educación y que, bajo mi perspectiva, nos estamos equivocando con ciertas cosas que estamos haciendo y decisiones que estamos tomando. Si yo me equivoco a nivel micro, imaginaos los que diseñan a nivel macro. El problema es que no hay visos de rectificar. Nadie rectifica cuando se ha equivocado. Si ya nos cuesta a los docentes de aula, imaginaos a los que dirigen el cotarro. Se juegan el sueldo porque pueden llegar a perder las elecciones. Por eso muchos enroques de algunos.
Creo que nos estamos equivocando
Como es normal después de escribir a diario, es lógico que se me vaya un poco la pinza. Por eso, al ver cosas que me putoflipan en educación, el beef se me va de madre. Si no lo entendéis es que no sois modernos. Y si lo entendéis, tenéis el mismo problema que yo.
Demasiado beef educativo pa mi body
Todos sabéis que hay personas que abandonan el aula. Yo lo hice temporalmente para irme a la zona más gris de la administración. No es malo. Lo malo es largarse del aula para pontificar qué se debe hacer en ella. Otro tema es largarse para hacer otras tareas educativas, escribir novelas o hacer vídeos porno. Ahí son decisiones personales que, por cierto, aplaudo.
Los 7 motivos más populares para largarse del aula
Tocaba autobiografía profesional. De desnudos integrales acerca de mis dudas y planteamientos educativos voy servido. Y es un tema recurrente en alguno de mis artículos.
Desnudo integral acerca de mis planteamientos de la profesión docente
Todos sabéis que hay realidades educativas muy incómodas. Para luchar contra ellas, los poderes políticos y económicos, ayudados por una cohorte de docentes adeptos con muchos seguidores en las redes sociales y dotándoles de altavoz mediático, intentan contraprogramar una ficción educativa determinada. Y no les va del todo mal. Hay docentes que han comprado la LOMLOE como una buena ley educativa. Sí, lo reconozco. Esto no lo vi venir.
Contraprogramando la realidad educativa con una versión interesada
Voy a poner en pack dos artículos sobre inclusión educativa. Por si no lo sabéis, se ha creado un colectivo en los últimos tiempos, con mucho apoyo económico y mediático, que están optando por un modelo de inclusión que acaba excluyendo. Y su objetivo, aparte de vender lo anterior, es insultar a todos los que no piensen como ellos. Lo hacen en los centros en los que trabajan y en cada una de sus (no) aportaciones. Es lo que os hablaba de la contraprogramación. Lo que pasa es que sus (no) argumentos sobre la inclusión hieden.
Es que estás en contra de la inclusión… ¡y lo sabes!
El segundo post es mi propuesta para la inclusión educativa. Esa de verdad. No eso que nos venden los gaznápiros y sus adláteres.
Mi propuesta para la inclusión educativa
Hablando de propuestas hice una para el acceso al profesorado de Secundaria. Si lo leéis no tiene nada que ver con el MIR o el programa Sensei que se ha sacado de la entrepierna la Fundació Bofill en Cataluña (son los que controlan la educación catalana). Va mucho más allá. Y se paga desde el día cero a los que hacen la formación inicial. Nada de becarios a coste cero.
Mi propuesta para el acceso y formación inicial del profesorado de Secundaria
El mindfulness debe erradicarse de las aulas. Hay demasiada investigación contradictoria y, por desgracia, hay indicadores que hablan de lo perjudicial que es us uso en determinado alumnado. Bueno, y vamos a ser sinceros… ¿qué hace un docente aplicando técnicas así sin estudios psicológicos? Lo sé, lo mismo que los que hablan de neuroeducación habiendo hecho un curso de unas horas que imparte alguien que hizo Magisterio antaño melonar.
Una visión crítica del mindfulness en las aulas
Los gurús hacen mucho daño. Pero mucho. No solo en educación aunque en mi ámbito profesional, por motivos de moverse mucho dinero, están empezando a salir cual setas. Tipos cuyo máximo mérito profesional fue sentarse a una mesa, como aquel Robin Williams haciendo de actor, que consiguen miles de euros por cada charla. Libros basura sobre educación que se venden (el mío mola, he de reconocerlo). Y cursos de formación sobre mierdas varias sin evidencia. Ya no solo sin evidencia. Desmontables a la primera evidencia. A mí sigue sorprendiéndome que haya compañeros que caen el las garras de estos estafadores pedagógicos.
Es que lo dice mi gurú educativo de cabecera
Y, finalmente, que ya está bien de rollo un artículo que resume las tres claves de la educación que nos están intentando vender: manipulación, mentira y pasteleo.
Las claves de la educación que nos están vendiendo: manipular, mentir y pastelear
Prometo que el próximo boletín lo entregaré en tiempo y forma. Así no escribiré tanto rollo. Por cierto, os recuerdo que suscribirse al boletín es gratis.