De verdad. No tengo remedio. Me prometo hacer un boletín semanal de nuevo y ya, pasado el lunes, me acuerdo el martes por la tarde que no lo he publicado. No hay manera. La memoria no es lo que era. Y ese señor alemán empieza a hacer estragos en mi mente. En mi cuerpo, no. Eso sigue estando fetén. Mejor que fetén. Refetén.
La semana pasada escribí un artículo por día. A ver hasta cuándo me dura la inspiración aunque, viendo la cantidad de noticias (para)normales educativas en los medios y las redes sociales creo que tengo cuerda para rato. Además siempre puedo tirar de los pedagogos, de los gurús o de las paellas dominicales. Incluso de algún post reciclado de esos que tengo en la recámara ante la falta de ideas.
Vamos a ello. Zarpamos. Bueno, no. Mejor, corremos. Tampoco. Eso para los que corren maratones como si no hubiera un mañana. Los que conozco que corren me cansan solo hablando de ello. Con lo cómodo que es ir de almuerzos. Y se vive mucho mejor. Sin problemas de rotura de menisco, articulaciones cascadas y otras vicisitudes del deportista.
Empiezo duro la semana. Bueno, la empecé. Los tiempos verbales me marean.
¿Cuál es el objetivo del sistema educativo?
El objetivo del sistema educativo es que el alumnado aprenda. O quizás no. O quizás, el objetivo del sistema educativo es que algunos, como es mi caso, vivamos de explicar cosas. Quién sabe. Lo importante es plantearse la pregunta porque, al final, su respuesta es la que permitirá mejorar muchas cosas. Es más importante el objetivo que el cómo llegar a él porque, si no lo tenemos claro, todas las estrategias que tomemos para alcanzarlo se van a quedar en agua de borrajas. Por cierto, están buenas las borrajas.
Aunque tengamos claro el objetivo del sistema educativo, queda analizar por qué hay tantas personas que creen en pseudociencias educativas. Bueno, educativas o no. Hay gente que reza para curar su cáncer. Y algunos se asolean el ano. Hay de todo en la viña del Señor.
¿Por qué tantas personas creen en magufadas educativas?
La definición de magufo siempre es interesante. Mezcla de magia y UFO. Extraterrestres al poder. Teorías de las conspiración a la orden del día. Vendedores de crecepelo más calvos que el culo de un bebé.
Cambio de tercio. Hablando de cosas realmente importantes. De LOMLOE, situaciones de aprendizaje y pedagogía de salón. You know.
Estrategias para asegurar que los docentes estén a disgusto en su trabajo
Tener al trabajador contento es clave. Tenerlo descontento, al final lo único que hace es que el buen trabajador acabe, por hastío, trabajando menos. Y el que podría trabajar bien ya ni se esfuerza por disimular.
¿Resistirse a hablar de la carta de ese docente universitario, criticado ampliamente por los guais de la educación, era muy difícil? Especialmente cuando ha habido contracartas de tipos que, curiosamente, han acudido a entender lo que les ha dado la gana. Ser profesor universitario tampoco te garantiza tener comprensión lectora. Debería y la mayoría la tienen. No todos. Al igual que en cualquier otra profesión.
He sido joven. He creído en gurús educativos. He creído en bazofias educativas. Y sí, también en revoluciones muy contrarrevolucionarias. Lo que pasa es que la experiencia y el ver ciertas cosas me ha hecho madurar. Muchas cosas de las que están vendiendo algunos hieden. No entiendo que haya gente que las compre. Bueno, sí lo entiendo. Hay gente que compara Casio con Rolex cuando todo el mundo sabe que los Casio molan. Estoy hablando de relojes. No estoy hablando de canciones que algunos, por el motivo que sea, intentan convertir en situaciones de aprendizaje.
Yo también creí en gurús educativos
Si un alumno no quiere aprender, ¿qué hacemos? ¿Qué podemos hacer? Motivar a las amebas es científicamente imposible. A veces el alumnado también es responsable de su aprendizaje. Imaginaos que alguien no quiere ir al médico cuando le sale un bulto sospechoso en su cuerpo. O que en lugar de tomarse la medicación que le receta el médico prefiere meterse las hierbas esas que le ha recomendado el vecino del cuarto. Pues eso.
¿Cuál es el papel del alumnado en su aprendizaje?
Y, finalmente, el artículo más controvertido de la semana pasada. El de los pedagogos. El de no poder verlos en el aula mostrando sus estrategias para que el alumnado aprenda. Lo sé. No he estudiado pedagogía ni psicopedagogía. Seguro que es cosa mía pero, resulta harto sorprendente que cuando lo escribí tuviera interacciones con varios pedagogos que me dijeron que me enviarían al día siguiente sus trabajos de campo y… ¿los habéis visto? Yo, tampoco.
Ya os he dicho al principio del boletín que me había despistado. Así que este es mucho más incoherente que los otros. Bueno, quizás no. Disfrutad de la semana. Pensad en que, dentro de nada es fin de semana. Y todo llega aunque, por desgracia, a algunos el finde se nos queda muy corto.
Hasta el próximo número. Si os apetece, claro está.