#16 A las dos semanas
Es que algunos estábamos de vacaciones... aunque hayamos seguido haciendo cosas
Llega con una semana de retraso el nuevo boletín de La Tiza 2.0. No ha sido por falta de artículos en el blog. Más bien ha sido por una pereza tremenda a la hora de ponerme a resumir, más en período vacacional que hoy se acaba, las cosas que he ido escribiendo en el blog. Así que, sin más preámbulos vamos a ello.
Se empieza, como es habitual en muchas ocasiones, con la LOMLOE. Esa maravillosa ley educativa que solo sirve para que complique las cosas bajo un lenguaje ininteligible. Lo de hacer las cosas fáciles no lo tienen muy claro en el Ministerio de Educación y FP. A ver si conseguimos tener una ley que dure más que dos telediarios sin el tiempo dedicado a deportes.
Y sí, en el desarrollo de la LOMLOE, especialmente en algunas Comunidades como la mía, se puede empeorar todavía más la legislación estatal. Incluyendo, por ejemplo, pseudociencias en metodologías obligatorias (totalmente contrario a sentencias del constitucional) y permitiendo que todo el mundo pueda dar de todo. El Sálvame Deluxe, donde todo el mundo es capaz de opinar de todo, impuesto a sangre y fuego en educación.
La LOMLOE no se puede empeorar… ¡Sujétame el cubata!
Seguí con una reflexión en clave personal acerca de si valía la pena escribir críticamente acerca de temas educativos. Si no lo hubiera hecho, quizás podría haber hecho caja con ciertas cosas, no me hubieran echado de mi Conselleria (me hicieron un favor) y sería uno de esos que sale siempre en los medios. Además, vamos a ser sinceros, aquí se significan dos y el resto se lo miran. Pero en educación y en cualquier cosa. No sé. La reflexión la dejo por aquí aunque ya os digo que, por desgracia para algunos, sigo escribiendo críticamente sobre lo que conozco.
¿Vale la pena escribir críticamente sobre temas educativos?
Ahora que estamos ya con los últimos coletazos del concurso de méritos, donde compañeros y compañeras van a tener una plaza de funcionario sin pasar por un sistema de oposiciones, es lógico pensar en que, al final, todos somos unos egoístas. Son egoístas los que se benefician del modelo sabiendo que es injusto para muchos otros. Son egoístas los que se benefician de su horario, sabiendo que el mismo perjudica a otros. Son egoístas los que eligen asignaturas en cursos cómodos, dejando las migajas complicadas a los últimos que llegan. Al final todo el mundo mira para su ombligo. Es lo que un modelo social como el actual obliga a hacer. O miras por ti o, mirando para el procomún, siempre vas a acabar siendo perjudicado por las decisiones de terceros. A mí no me gusta un pelo pero, como dice alguien a quien quiero mucho, es lo que hay. A pesar de ello intentamos algunos sacar un resquicio de solidaridad. Solidaridad, claro está, siempre que no nos toquen lo nuestro. Lo nuestro o lo que creemos que es nuestro. Por cierto, como he dicho en el post, me alegro por los que han obtenido plaza y no es un debate sobre el concurso de méritos. Ni mucho menos. Voy mucho más allá.
Los docentes TAMBIÉN somos unos putos egoístas
¿Son necesarios tantos materiales y herramientas para dar clase? ¿No sería mejor invertir en dotar de recursos humanos a los centros educativos? ¿Es necesario cambiar cada curso de herramienta o usar un nuevo material? No creo que sea positivo tanto cambio porque, al igual que pasa con la legislación educativa, la rapidez en su consumo y abandono, hace que nada pueda consolidarse. Y si uno está cómodo usando un material, ¿por qué tenemos que buscar la incomodidad? A lo mejor todo es mucho más sencillo.
Sobran herramientas y materiales educativos
La pedagogía new age se ha adueñado de la educación de este país. No solo de este país. Es normal ver inventos que, de forma global, se están implantando en los diferentes países. Lo que pasa es que, al igual que sucede con otras cosas, todo es cíclico y ahora, empezando a despuntar las primeras críticas en abierto a determinadas maneras de concebir la educación, se vislumbra un cambio de ciclo. Y cuando el ciclo cambie, volverá a cambiar. Solo hace falta revisar hemerotecas.
El momento álgido de la pedagogía new age
Desde que han aparecido las redes sociales y la viralización de determinados discursos educativos llegan a todas partes, más cantidad de gilipolleces se dicen. Lo más triste es que hay algunos que las aplauden con las orejas. Va, como he dicho siempre, ser docente no te hace más inteligente. Te hace docente y, con suerte, experto en lo tuyo.
¡Pero qué gilipollez educativa estás diciendo, cohóne!
Voy a intentar, por última vez (siempre digo lo mismo), llevar a cabo un último macroproyecto educativo fuera de las paredes de mi centro. Algunos me dicen que nunca hago nada. Tendrían que saber cuantos proyectos he intentado llevar a cabo (tanto dentro como fuera de mi centro e, incluso en la zona gris de la administración). Se trata de un vademécum de legislación educativa, con una consulta fácil de determinadas cuestiones, incluyendo un foro para preguntas. Lo sé, sigo haciendo las cosas por el procomún. Sigo siendo bastante estúpido. A estas alturas de mi vida ya es difícil que cambie.
Mi último macroproyecto educativo (spoiler)
¿Os habéis dado cuenta de que hay muchos que, de forma nada curiosa, intentan destruir cualquier modelo de evaluación que pueda hacerse sobre el sistema educativo? ¿Os dais cuenta la cantidad de pegas que se ponen a evaluar las cosas bajo pretextos, sinceramente, muy surrealistas? La verdad es que evaluar el sistema educativo, incluyendo a sus actores, es complejo. Pero puede hacerse. Todo es querer hacerse. Y no, no veo a ninguna administración educativa por la labor. Ni tampoco a ninguno de esos que van de gurús, en los medios o las redes sociales, que apueste por ello. Casualidades.
¿Por qué (casi) nadie quiere evaluaciones sistémicas en educación?
No he escrito un artículo diario. Hay días en los que me daba pereza. Eso sí, tenéis lectura para aburrir. Y recordad que, en nada es Sant Jordi, también denominado como Día del Libro, y tengo mis maravillosos libros disponibles (aquí). Bueno, maravillosos no. Pero comprarlos ayuda a mantener mi blog y ese proyecto que estoy empezando a esbozar. Si los leéis y me dais vuestra opinión, mejor. Claro está.
Aprovechad para decir a vuestros amiguetes que se suscriban a esto. Bueno, siempre que les interese un punto de vista diferente respecto a lo que se está vendiendo en educación. Mi punto de vista, claro está. Salvo cuando hablo de cuestiones de normativa. Entonces ya no es punto de vista. Es normativa.