#15 Ya se huelen las vacaciones...
Docente vacacional, habiendo cobrado la vocación y, en breve, en su mejor época del año
Hay algunas Comunidades en las que han empezado las vacaciones escolares. En otras todavía nos quedan un par de días para hacerlo. Descontrol en muchos centros educativos. Ganas de finiquitar un trimestre que, por motivos de las fiestas impuestas, siempre acaba siendo demasiado largo (¡a ver si algún día racionalizamos horarios educativos al margen de presiones religiosas o de otro tipo!) y, meses que van pasando, al menos a mi ver, cada vez más rápidos. Me hago mayor. Debe ser eso.
En el blog he hablado de cuestiones controvertidas y, de nuevo, de más normativa. Además, debo reconocer que en ocasiones “voy a pillar”. Aunque, lamentablemente, algunos sigan sin enterarse de lo que subyace tras algunos de mis artículos. Especialmente a los que se los dirijo. Tampoco se puede esperar mucho de algunas personas. Eso sí, mi política es vive y deja vivir. Dejemos a los que viven de la educación vivir de ello. Dejemos a los que creen en unicornios, seguir creyendo en ellos. Porque, al final, como dije ayer, estamos dando demasiada importancia a cuatro personajes que, por desgracia, pueblan el vodevil educativo.
Estamos dando demasiada importancia a cuatro mindundis cuando hablan de educación
Hoy ya veis, los que leéis habitualmente el blog, que voy a la inversa. Empiezo por el último artículo escrito. A veces a mí también me gusta innovar. Eso sí, sin que dicha innovación perjudique a mi alumnado. Alumnado que, a la postre, es el objetivo de todo el sistema educativo.
A mí los mindundis me preocupan poco. Me preocupa más que consideremos referentes a determinados tipos y tipas que, como mucho, se autodeclaran pederastas confesos o creyentes en el asoleamiento anal. Eso sí que me preocupa. Y me da bastante asco leerlos en revistas supuestamente educativas opinando sobre el tema. Eso sí, mucho menos asco que ver a algunos que intentan manipular las cosas y que, mediante juegos de palabras y mucha manipulación demagógica, intentan jugar a lo suyo. A ver, que si Goebbels iba vestido de negro y yo a veces voy vestido de negro, no implica que sea un nazi ni un experto en propaganda. Es que es de cajón. O debería serlo. Salvo, claro está para los de un colectivo de cutres inclusivos o para algunos que, sin haber pisado nunca un aula, están lamiendo el ojete a todo lo que dicen sus amos de la OCDE o del Banco Mundial. Sí, hay gentuza así. Eso sí, diferenciemos lo personal de lo profesional. A lo mejor cuando hablan de educación es el único momento en su vida en el que son unos despojos humanos. O quizás lo sean siempre. No seré yo quién juzgue lo buena o mala persona que es alguien por lo que dice en las redes sociales o en un blog.
Ya os he dicho que también he hablado de normativa. Un post acerca de dónde encontrar normativa educativa y otro acerca de que, según convenio, los docentes de la concertada no deben trabajar en julio. Lo sé, tengo pendiente el post de la pública en el que se dice que julio no es laborable para nosotros. Dadme tiempo.
¿Dónde y cómo puedo buscar la última normativa sobre educación?
Los docentes de la concertada tampoco deben trabajar en julio
Os prometo que no me acuerdo de qué iba el post de la tortilla. Ah, sí. De los debates educativos repetidos hasta la saciedad y de si uno era concebollista o sincebollista. Lo de siempre. También en el ámbito educativo. Posturas que tienen poco que ver con la calidad de la propia tortilla.
Y ya me despido con el primer artículo que escribí la semana pasada que, hoy porque me ha dado la gana, he trasladado a último lugar. Uno acerca de cómo se seleccionan a los asesores en educación y la petición, a los que dirigen el cotarro, que en lugar de seleccionarlos por “ser amigos de”, “tener el carnet de” o “la cantidad de seguidores en las redes sociales”, lo empiecen a hacer por su competencia profesional.
¿Cuándo empezaremos a seleccionar a los “mejores” para asesorar (no solo) en educación?
Con esto y un bizcocho me ha quedado un boletín la mar de interesante. Recordad que difundirlo entre vuestros amigos y compañeros de profesión es sano. Además de ser, como he dicho siempre, un producto gratuito. Sí, a pesar de ser catalán el que lo escribe.
Va…ca...cio…nes en nada.