Ayer se acabaron oficialmente las Fallas. Cinco días de desconexión de mi centro y de lo que se dijo en el último Claustro. Me gusta más el micrófono que a un chiquillo una piruleta y, por desgracia, pasa lo que pasa. El problema es que, por desgracia, lo de decir las cosas en voz alta, en nuestra profesión como en las otras, es algo que no se estila demasiado. Pero bueno, yo dormí bien. Y eso es lo importante.
Pero vayamos a lo que os interesa a los que os pasáis por aquí. A que os haga un resumen de los artículos publicados a lo largo de la semana pasada. Pues bien, vamos a ello…
En primer lugar hablé de los premios Oscar (que me enteré que iba sin tilde al igual que solo -oh, wait!-) y de quiénes fueron los premios en la edición de los Oscar educativos de este año. La LOMLOE, la Ministra de Educación y FP, los inclusivos del colectivo DIME, la OCDE, los teachtokers y una larga lista de premiados. Sí, dar premios mola. Especialmente si no llevan añadidos ni estatuilla, ni obligan a nada más que a escribir un artículo en el blog.
Y el Oscar educativo se lo lleva…
Hablando de blogs tocaba recordar que, al final, al menos en mi caso (poco interesado en egos y trinques varios), seguía teniendo más cariño al mío que a las interacciones en las redes sociales. Escribir en mi “blogocito” me obliga a reflexionar. Bueno, tampoco mucho pero, como mínimo, es mi casa, son mis reglas y, se me lea más o menos, soy libre para escribir. Lo sé, también lo soy en las redes sociales pero, como todos sabéis, los algoritmos los carga el diablo. Y yo no conozco qué reglas funcionan tras Twitter, Facebook, Instagram o TikTok. Ni yo, ni ninguno de los que os creéis que las conocéis.
Donde esté mi blogocito, que se quiten las redes sociales
Echaba de menos hablar acerca de normativa educativa. Muchos de los que os pasáis habitualmente por el blog o recibís un correo semanal con el boletín sabéis que, al menos en los últimos tiempos, me ha dado por hablar sobre normativa que afecta a la educación. Ello me permite saber más de ciertas cosas y poderos transmitir qué he aprendido. Lo de la Alta Inspección era algo que tenía pendiente y de lo que me he resarcido esta semana pasada.
¿Qué es la Alta Inspección educativa?
He escrito también dos artículos que van en pack. Una historia acerca de un “Centro Mágico de Enseñanza” y un segundo en el que os digo que el primero ha estado escrito por la Inteligencia Artificial usando ChatGPT. Una pequeña maldad. Al menos, a diferencia de otros que lo hacen sin decíroslo, yo he avisado.
Espero me disculpéis la “pequeña maldad” de ayer
Y, finalmente el artículo más polémico de la semana pasada. Una polémica que no entiendo porque, al final era solo dar los datos, poniendo negro sobre blanco, las diferencias que existían entre los temarios de las Matemáticas de segundo de BUP y el de cuarto de ESO. Lo sé, hay temas tabú o que mejor tener un discurso que hablar de datos reales. Pero, el problema es que a mí me gustan los datos y tirar de normativa o hemerotecas. Por cierto, cuarto de ESO, al igual que segundo de BUP, ya tiene al alumnado muy filtrado. Especialmente en cuarto de Académicas. Así que lo de no poder comparar temarios es, como mínimo, muy cogido por los pelos. Bueno, es algo totalmente ideológico porque, como sucede siempre, algunos no van a querer ver que cuando sales del supermercado comprando lo mismo que comprabas hace unos meses y te cuesta el doble, es que han subido los precios. Algunos son incapaces de reconocerlo. Y así nos va.
La enseñanza de las Matemáticas: de segundo de BUP a cuarto de ESO
Hoy mi mujer, también docente, se va unos días a Madrid con su alumnado. Tres días de 24 horas de trabajo. Sí, eso que, por lo visto, no cuenta para los que tienen el discurso de… “qué bien viven los docentes y qué poco trabajan”.
Que tengáis una buena semana. Y ya sabéis, si no os habéis suscrito o tenéis algún conocido al que le guste leer sobre educación, podéis suscribiros ambos. Si somos más, más nos reiremos. Recordad que es gratis hacerlo.